A todos nos gusta comprar ropa, y sobre todo estrenarla. La sensación de romper la etiqueta y ponerte una pieza por primera vez es estupenda. Pero por desgracia, tras lavar la ropa nunca vuelve a ser tan agradable y gustosa como el primer día. Los colores se apagan, los tejidos se endurecen y la suavidad desaparece poco a poco. Si quieres que tu ropa vuelva a ser tan perfecta como el primer día atento a estos fáciles y útiles trucos caseros.
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